
Se ha hecho frecuente que oficialistas y opositores se tilden mutuamente de totalitarios, fascistas y dictadores, esto sin duda amerita un breve repaso del concepto, Veamos. Emilio Gentile sostiene que el “concepto del totalitarismo nació históricamente al día siguiente de la marcha sobre Roma” movimiento que llevó a Benito Mussolini al Poder. El término fue acuñado por las fuerzas antifascistas y rápidamente se utilizo para denotar la naturaleza dictatorial de los regímenes que teniendo en común la implementación de Estados basados en el terror, hacia posible diferencias la situación que se observaba entre la Unión Soviética de Stalin, el fascismo de Mussolini y el Nazismo de Adolfo Hitler, Un régimen totalitario es, históricamente, un gobierno que hace uso ilimitado del terror a fin de alcanzar sus metas. La historia ha mostrado indefectiblemente que la implementación de un Estado totalitario no se ejecuta de forma inmediata. El fascismo italiano por ejemplo, supuso una alianza con la monarquía italiana y con Hitler observamos una situación similar en la que su ascenso al Poder se da en condiciones de Canciller de la República de Alemania. Esta peculiar manera de llegar el Poder implico un retorico respeto al ordenamiento democrático. Todas las dictaduras modernas, o al menos casi todas se hicieron en nombre de la democracia, y en su nombre se violaron (con los más ridículos y absurdos argumentos) los más elementales derechos ciudadanos. Todos ellos compartieron algunos rasgos comunes; “abrazaron un nacionalismo radical, se organizaron jerárquicamente, hacían uso de la violencia, cultivaban un líder carismático, despreciaban las libertades individuales y los derechos civiles, poseían orientación antidemocrática y se rehusaban a socializar las industrias”. De igual manera, compartían una visión apocalíptica de la historia. Para ellos había acabado un ciclo y el renacimiento de la humanidad estaba en sus manos, más bien, era un atributo del Líder que bordeaba los límites de lo divino, de ahí la radicalidad y la voluntad irreversible de Poder que los animaba. Conceptos como “la nueva Civilización”, la “Comunidad Imperial” o el “Nuevo Orden” formaban parte de sus más preciados argumentos. Ideológicamente mostraron siempre una relatividad confusa; “Somos socialistas, somos enemigos del sistema económico capitalista debido a la explotación económica del débil…” decía Hitler, a pesar de su declarada filiación ideología exterminó a los comunistas y socialistas junto a los judíos, los gitanos, los homosexuales y otras minorías. Stalin y los marxistas leninistas sostenían que se trataba de la acción radical y desesperada de la burguesía y la derecha internacional que recurrían al estado terrorista para neutralizar el poder revolucionario de la clase obrera. Mussolini se declara totalitario sin temores entendiendo que había llega un tiempo en que el sujeto desaparecía totalmente subsumido por el Estado Totalitario En todos los casos los limites no existen, y el método fue básicamente el mismo; fanatizar (“solamente las masas fanatizadas –decía Hitler- pueden ser guiadas) y mentir (miente, miente que algo quedará” decía Gobbels). El resultado final dejó 72 millones de muertos, de los cuales 47 fueron civiles. El experimento claras luces no dejo nada que pudiera imitarse
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