
El Renacimiento y el periodo de la Ilustración fueron en gran medida posibles porque en la vieja Europa confluyeron expertos navegantes portando milenarios conocimientos desde lejanas y misteriosas tierras, la decadencia de la edad media y la invención de la imprenta (1450). Una combinación milagrosa, y con ella la aparición del primer libro impreso. (La Biblia de Gutemberg, 1456). Todo lo que hoy es occidente y la modernidad munida de los más revolucionarios progresos técnicos y científicos hubieran sido imposibles de desarrollarse en tan breve tiempo sin la aparición del texto impreso, el libro es pues, una de las piezas claves del desarrollo de la humanidad. Históricamente, la escritura cuneiforme surgida en Asia sirvió durante siglos para el registro de cuentas y precarios inventarios, a la postre sin embargo, concluyo permitiendo la elaboración de obras maestras como El Poema de Gilgamesh, primera narración propiamente literaria. Esta maravillosa obra escrita en tablillas cuneiformes hace como 4000 años es el primer libro que expresa la angustia humana ante la muerte y los insondables vericuetos del destino. El sueño de la inmortalidad. Aunque la historia de los textos escritos es mucho más compleja y prolija, las primeras reproducciones que se vendían contenían los discursos de Platón, hace unos 2.500 años. Por entonces alguien tuvo la brillante idea de alquilar los papiros y rollos, rápidamente esto se transformo en una rentable industria que, además, dio origen a las modernas tertulias, pues muchos talleres organizaron las primeras lecturas y debates sobre los textos que alquilaban o vendían a sus asiduos lectores. En torno al 250 a.C. esto es, hace 2.250 años, la producción de “libros” se había difundido de tal manera que hizo posible la fundación de la Biblioteca de Alejandría por Tolomeo I, allí no sólo se concentró el saber del mundo de aquellos tiempos, sino que además fue en la celebre biblioteca donde nacieron las especialidades, algún operario clasificó los textos de metafísica y por si fuera poco dio origen al primer bibliotecario de la humanidad, Zenódoto de Éfeso, A principios del siglo III antes de Cristo la biblioteca albergaba mas de medio millón de rollos. Varias veces incendiada y acosada por déspotas y tiranos, sobrevivió como un símbolo de la cultura universal, pero el advenimiento del libro impreso en serie, tal como lo conocemos democratizó la cultura y la llevó a sus más insospechados límites. Las actuales Ferias del libro, son el producto de este grandioso fenómeno, y además, nos remontan a esos fulgurantes momentos en que la humanidad se da a la tarea de difundir los saberes, de ahí que más que un evento comercial constituye la expresión local de las mayores conquistas de la humanidad. La Feria que acabamos de inaugurar en La Paz es una muestra de los denodados esfuerzos, la más de las veces huérfanos de apoyo, de aquellos que comprenden que una nación sin mecanismos de contacto con el conocimiento universal, es una provincia del mundo desprovista de la acumulación cultural de más de tres milenios y cientos de civilizaciones. El esfuerzo y aporte de la XII Feria merece nuestro mayor apoyo. Felicitaciones.


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